¿Conoces la retama? Descubre aquí todo lo que debes saber del arbusto.
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¿Conoces la retama?

Volvemos un día más con una nueva ficha de plantas en la que el protagonista será un arbusto típico de la Península Ibérica. Seguro que lo reconocerás si resides en la zona norte.

Es un género de plantas cuyo rasgo principal son las flores. ¿Sabes ya de qué planta te estamos hablando? Te damos otra pista: este arbusto goza de una gran versatilidad y a lo largo de la historia se ha empleado para diferentes usos. ¿Nada?

Hoy hablaremos de la retama.

Si quieres descubrir qué es, cuáles son las características más destacadas del género, de dónde procede, sus usos o qué cuidados necesita para crecer, únicamente tienes que seguir leyendo.

¿Empezamos?

¿Qué es la retama?

La retama es un género de arbustos con flores originarios de diversos continentes y de la región del mediterráneo.

Pertenece a la familia de las Fabaceae, un grupo el que también están plantas como el Spartium (en el que se encuentra la retama de olor) o el Lotus peliorhynchus entre otros.

Sin duda, una planta de lo más mundana. Con un total de 7 especies agrupadas dentro de la subfamilia Faboideae (pertenecientes a su vez a las Fabaceae), la retama es una planta nativa de tres continentes distintos, aunque está mayoritariamente distribuida por el Mediterráneo.

Es una planta especialmente conocida en Galicia, donde se la conoce como xesta. Su popularidad en las tierras celtas viene desde tiempos antiguos, pues además de utilizarse para fabricar escobas, se consideraba que la retama era una planta mágica que tenía el poder de neutralizar maleficios.

Y es probable que alguna de esas leyendas sea cierta, pues una de las aplicaciones que tiene hoy en día es la de planta medicinal.

 

¿Cuáles son las características de la retama?

Entre las especies más comunes de retama, podemos destacar dos:

  • Retama amarilla: También conocida como Retama sphaerocarp. Esta especie de retama crece en matorrales que ocasiona la degradación de conjuntos arbóreos tales como pinares y encinares. Podemos encontrarla a lo largo y ancho de la Península Ibérica. Como su nombre indica, sus flores son amarillas y papaleonáceas. De hecho, también se le suele llamar lluvia dorada.
  • Retama negra: El nombre científico de esta variedad es Cytisus scoparius. A diferencia de la primera, esta especie se caracteriza por su toxicidad, pues contiene aminas y alcaloides entre otros componentes nocivos. No obstante, sus flores también son amarillas, pero más grandes que en el caso de la primera y con forma de papiloma.

Como ya te hemos mencionado, la retama es un género de arbustos florales que puede llegar a medir hasta 3 metros de altura.

Tiene una corteza de color verde apagado, muy parecida al gris. Sus tallos poseen ramas largas y curvadas. En aquellas más jóvenes, surgen unos tallos apicales cuyas hojas no tardan mucho en caer.

Profundizando un poco más en su follaje, podemos decir que son simples y caducas.

¿Y cómo es la flor de la retama?

Las flores son pequeñas, pese a que su inflorescencia es ciertamente abundante. Su forma se asemeja a la de un cilindro. Surgen en racimos laterales situados entre las ramas. Cada racimo puede tener hasta un máximo de 10 flores.

Florece en primavera.

Dependiendo de la especie, los colores pueden variar desde el naranja y el morado hasta el blanco, el rojo y, como ya dijimos, el amarillo. Es común ver su característico color dorado adornando los montes gallegos.

Además, algunas especies poseen unos frutos redondos que nacen entre el verano y principios de otoño.

 

Los usos de la retama

Más allá de su condición de “planta mágica”, la retama ha experimentado diferentes aplicaciones a lo largo del tiempo. Entre ellas, destaca su uso como planta medicinal para aliviar la fiebre o los problemas respiratorios.

En el pasado, sus ramas ayudaban a calentar el horno o elaborar escobas de barrer. Esta última era prácticamente una tradición en Galicia.

Por supuesto, tampoco podemos obviar su presencia en el jardín como planta ornamental, pues su floración aportará vida y color a tu césped.

Los cuidados de la retama

Requiere grandes cantidades de luz al aire libre. Además, debe recibir los rayos del sol de manera directa. Si la sitúas en una zona donde haya algo de semisombra, puede tolerarla durante un breve periodo, pero no de forma permanente.

De este modo, convendría plantar la retama en primavera o verano.

Además, cuanta más luz reciba, más abundante será su floración. Por esta razón, deberás comenzar a cuidar la planta cuando las temperaturas sean altas.

Puedes plantar la retama en maceta o en tierra firme, pero deberás asegurarte que el terreno permanezca húmedo (no encharcado).

El riego debe ser constante (especialmente cuando haga calor), pero no resultar excesivo. De lo contrario, corres el riesgo de que la retama se ahogue y deje de crecer.

Aunque se puede plantar en maceta y en interior, es una especie silvestre, por lo que lo ideal sería cultivarla como planta de exterior.

Por lo demás, no hay ningún tipo de terreno específico para ella, pero si es necesario que el suelo esté bien drenado y, a ser posible, rico en arena.

Lo primero que debes tener en cuenta es que este género de plantas puede medir hasta 3 metros de alto.

En cuanto a la poda en sí, debes proceder con delicadeza y eliminar aquellas ramas que se encuentren en mal estado (ya sea porque presentan deformaciones, están rotas, han sido dañadas por la fuerza del viento, etc.).

Con ello no solo ayudarás a mantener el arbusto, si no que también servirá como prevención ante posibles plagas y enfermedades.

Aunque estas plantas se caracterizan por su resistencia (dada su condición de especies campestres), no están exentas de padecer enfermedades o sufrir el ataque de ciertos insectos, especialmente si se encuentren entre las retamas aromáticas.

Principalmente, suele ser víctima de los pulgones.

Parece cosa del destino, pero aparecen siempre como la opción número uno en nuestro blog cuando se trata de nombrar plagas. Además de dejar motas amarillas sobre las hojas, al succionar la sabia de la retama, pueden causar severos daños a la planta.

Si quieres saber cómo combatirlos, puedes consultar el post que dedicamos íntegramente a los pulgones.

Por si fuera poco, la aparición de estos insectos puede conllevar a que la negrilla infecte a la planta.

Como te comentamos en otras entradas, este hongo puede bloquear la fotosíntesis de la retama al cubrir sus hojas con una sustancia espesa que recuerda al polvo.

Para deshacerte de estas dos amenazas, deberás hacer acopio de insecticidas específicos y productos cúpricos.

Hasta aquí la nueva entrega del blog.

Esperamos que te haya sido de utilidad para conocer al género de la retama y saber cómo cuidar de ella si quieres que tu jardín brille, literalmente, como si fuera de oro.

¡Nos vemos en el próximo artículo!

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